jueves, 16 de febrero de 2012

SALMO 130


Al comienzo del salmo se dice que es un «cántico gradual» o «canción de las subidas» en peregrinación a Jerusalén y a su Templo. La Biblia de Jerusalén da a este salmo el título de Con espíritu de infancia. El alma en paz se abandona a Dios, sin inquietud ni ambición. La misma confianza filial se pide a todo el pueblo de Dios (v. 3).- Para Nácar-Colunga el título de este salmo es Confesión de humildad. Humillado ante Dios, el salmista confía en Él e invita a Israel a la misma confianza. De un modo delicadísimo se exalta el espíritu de «infancia espiritual». En todo se ve la providencia divina y por eso nada turba al alma.- «Confianza filial en Dios. Afrontamos la vida con realismo, porque Dios nuestro Padre nos sale al encuentro a través de personas, acontecimientos y cosas. No hay que buscarle en otro sitio fuera de la realidad tal como es. Es la actitud filial de humildad y de mansedumbre, a la que nos invita Cristo (Mt 11,29). Es la infancia espiritual o el hacerse como niños (Mt 18,3)» (J. Esquerda Bifet).



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